Caminante no hay Camino, se hace Camino al andar.

El trayecto siguió hacia bilbao donde visité el Gugaenheim, e hicimos una visita panorámica de la ciudad. De allí nos dirigimos a Santander, donde por fin pude tener el anheladocontacto con el cantábrico. Me metí al mar frío pero deliciososo. Ayer llegamos a Oviedo, ciudad mítica y cultural. Arquitectura y estatuas me han acompañado en mi visita, sinembargo mis pies han pasado factura por el exceso de caminatas, así que me fuí a dormir tempranito.

Debo dejarlos pues el bus ya va saliendo hacia Galicia...